ChatGPT es inteligencia
ChatGPT es inteligencia, como también una calculadora es inteligencia, un programa de análisis estadístico, una hoja de cálculo, o los resultados de búsquedas en Google. Son inteligencia de base artificial, sustentadas en un artefacto. Por su parte, una conversación, una clase con un profesor, una excursión al campo o una visita a un museo son inteligencia. Son inteligencia de sustrato humano. Finalmente, un libro, una entrada en Wikipedia son inteligencia de sustrato humano, pero con soporte de artefacto.
ChatGPT se puede considerar inteligencia genuina porque su uso genera una comprensión de la realidad. Para explicar esto, resulta útil explorar un terreno familiar: la inteligencia de la calculadora.
Aunque la calculadora en sí misma no es inteligente y no genera inteligencia para sí misma, sí lo hace para el humano que la usa. La calculadora mejora la capacidad humana de realizar operaciones matemáticas, permitiendo cálculos más rápidos y complejos, y garantizando siempre resultados correctos. Estos resultados permiten al usuario resolver problemas reales de forma más rápida e incluso afrontar desafíos que serían insuperables sin la ayuda de la calculadora.
Lo fascinante de esta fuente de inteligencia es que brinda soluciones correctas incluso a personas que no tienen habilidades matemáticas. La calculadora no solo beneficia a quienes ya saben calcular, sino que también permite obtener los mismos resultados a quienes no lo saben y que, por lo tanto, nunca podrían conseguirlos sin recurrir a esta herramienta. En este sentido, la calculadora se convierte en inteligencia para los humanos porque su uso facilita la comprensión de una parte de la realidad, que es el ámbito propio de la inteligencia humana.
Cuando se examina el papel y la contribución de la calculadora, su característica como inteligencia se vuelve evidente. No es que la calculadora sea un ente inteligente por sí misma, sino que aporta inteligencia al usuario. No necesariamente desarrolla las capacidades intelectuales del usuario, pero sí ofrece soluciones que permiten una interacción más efectiva con el mundo y la realidad. Esta interacción efectiva no se limita a acciones físicas, sino que también incluye el pensamiento abstracto, la resolución de problemas, la toma de decisiones y nuestra capacidad para comunicarnos y relacionarnos con otros.
La inteligencia de la calculadora no reside en las características de su proceso interno, sino en el valor añadido que proporciona al conocimiento práctico o teórico del usuario. ¿Cuántos saben con exactitud cómo funciona y procesa una calculadora? ¿Es eso relevante para la mayoría de la gente? Para entender la naturaleza de la inteligencia de la calculadora, debemos analizar la inteligencia de la realidad que proporciona al usuario. El foco debe estar en el impacto que genera en la inteligencia de la realidad del usuario, en lugar del impacto en sus capacidades intelectuales.
Las operaciones matemáticas realizadas por un humano requieren habilidades de abstracción, razonamiento lógico, cálculo numérico, resolución de problemas, capacidad de generalización, visión espacial e incluso persistencia y resiliencia. Las operaciones matemáticas realizadas por una calculadora, por otro lado, no requieren ninguna habilidad intelectual humana en sí. Sin embargo, en ambos casos, los resultados de las operaciones matemáticas ayudan a entender mejor la realidad y los problemas que se están analizando. La calculadora amplifica nuestra capacidad de generar resultados de operaciones matemáticas, y aquí radica su inteligencia.
Se puede debatir si el uso de la calculadora perjudica o potencia las capacidades intelectuales de los usuarios. Es un debate interesante, pero distinto de la inteligencia de la calculadora. La inteligencia de la calculadora reside en los resultados que genera para el usuario y en el valor que estos aportan.
ChatGPT se puede considerar inteligencia genuina porque su uso genera una comprensión de la realidad
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Esta misma lógica se aplica a ChatGPT. En los pocos meses de uso (desde el primer día, de hecho), ChatGPT ha demostrado que es inteligencia, incluso diría que es una inteligencia superior. Esto se debe a que puede aportar comprensión profunda sobre la realidad a aquellos que lo utilizan correctamente. Logra esto a partir de tareas que, cuando son realizadas por los humanos, corresponden a capacidades intelectuales avanzadas como la comprensión de la lectura o del lenguaje, la contextualización, el razonamiento lógico, la asociación y relación de ideas y conceptos, que también se vinculan con la creatividad, la capacidad de síntesis e incluso la empatía.
¿Son todas estas habilidades de ChatGPT? No, al igual que las habilidades humanas requeridas para hacer operaciones matemáticas no son propias de la calculadora. El humano necesita estas habilidades para generar esos resultados, mientras que el artefacto creado por el humano para generar esos resultados, no. Sin embargo, cuando se generan esos resultados, tanto si los procesa el humano como si los procesa el artefacto, ambos generan inteligencia en el humano. Por eso, tanto la calculadora como ChatGPT son inteligencia, pero para el humano.
Es probable que algunos consideren este razonamiento como un simple ejercicio retórico o un juego de palabras. Sin embargo, no lo es. Muchos expertos y una parte significativa de la conversación social y pública sobre ChatGPT como inteligencia artificial se enfocan en los detalles internos del artefacto y en especulaciones sobre su grado de autoconciencia, capacidad de contexto y experiencias, creatividad o sentimientos. Este enfoque desvía la atención del análisis, la conversación y el debate sobre el impacto y el potencial de la inteligencia de la realidad que puede aportar el uso de ChatGPT tanto a nivel personal como colectivo. Es un error porque ChatGPT genera resultados que son equivalentes a los que los humanos obtenemos a través de acciones intelectuales superiores. Por lo tanto, ChatGPT se sitúa en el corazón de todas las etapas del proceso de reflexión, conocimiento y aprendizaje.
Con ChatGPT pueden obtenerse resultados de inteligencia superior tanto por las personas que tienen altas capacidades intelectuales como por las que las tienen en menor medida.
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Al igual que con la calculadora, con ChatGPT pueden obtenerse resultados de inteligencia superior tanto por las personas que tienen altas capacidades intelectuales como por las que las tienen en menor medida. Esto es un cambio tectónico con consecuencias impredecibles, especialmente en el ámbito del aprendizaje formal y la educación.
Los docentes y los responsables de la educación deben comprender esto lo antes posible para valorar cómo afrontarlo adecuadamente. En numerosas conversaciones, tanto en directo como en foros y redes sociales, vemos cómo se desvía la atención hacia las risas sobre lo inteligente o estúpido que es ChatGPT como entidad, y se prestan menos atención a las implicaciones para los aprendices. El uso de la calculadora tenía implicaciones relevantes para el aprendizaje de los estudiantes. El uso de ChatGPT tiene implicaciones sistémicas en su proceso de aprendizaje, tan grandes que la pregunta más importante ya no será cómo saber usarlo para generar mejores resultados, sino cómo integrarlo en el conjunto de las habilidades intelectuales de los estudiantes.
Las respuestas a estas preguntas solo pueden provenir desde la experiencia, desde el conocimiento de los resultados que genera ChatGPT y su equivalencia con las capacidades intelectuales humanas. Soy profundamente alérgico a los consejos, pero en este caso me parece cada vez más evidente que todos los docentes en la enseñanza obligatoria y superior tienen deber deontológico de utilizar ChatGPT para entender su papel en el aprendizaje y, de este modo, tomar decisiones educativas basadas en el conocimiento y no en las suposiciones y prejuicios.
Project Coordination Economics, Leadership & Governance, Universidad de Navarra. Director, Centro Medios, Reputación e Intangibles.
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